lunes, 5 de octubre de 2015

Empieza por uno mismo

"Me siento gorda". Esta frase la decimos muchas mujeres y los hombres más que decirlo, lo piensan. No sólo es el volumen, es también un estado de ánimo. En esos momentos nos sentimos pesados, feos, tristes y sin motivación.

La solución es bien fácil, cuida y presta atención a tu cuerpo.


En el pasado, las personas prestaban más atención a todo su cuerpo, lo observaban y tenían mucha consciencia de los cambios que en él se producían. No había tantos adelantos médicos y había que estar alerta.

El estrés, los trabajos tan sedentarios, el coche y el sofá han hecho que nuestro cuerpo pierda movimiento y pierda energía. 

Dedica tiempo todos los días a moverte, a sentirte, a respirar, a cerrar los ojos y conocerte; para comer, y saborear la comida. Tómalo como rutina y tu cuerpo empezará a ponerse en su sitio.

Y sobre todo, busca la tranquilidad. 

Te propongo ahora bailar, para moverte y entrenar. El baile es innato en el ser humano, sólo hay que ver a los más pequeños y los más mayores. El baile estimula, fortalece, su música te hace sentir y aflorar tus sentimientos, coloca el cuerpo, da energía y alegría. Y ya puestos, equilibrio, ritmo, elegancia, dominio corporal. Y eso se nota en nuestra actitud.

Cuando bailas, sólo bailas. Estas tú con tu cuerpo y tu energía. Surge una transformación momentánea. 

Estoy de suerte. Yo, todos los días bailo y además puedo enseñar a bailar y como valor añadido, proporciono esa cantidad de beneficios. 

Es un bonito trabajo.




miércoles, 18 de marzo de 2015

Mi cuerpo me habla, lo escucho?

Siempre hablo desde mis experiencias. Un bailarín conoce su cuerpo, lo domina, le exige movimientos muy precisos y es capaz de llevar su cuerpo a límites insospechados. Pero muchas veces desde el afán de creernos que siempre podemos pedirle más, no nos paramos a escuchar cuando los pequeños dolores o molestias nos anuncian un mal mayor.

Incluso yo  tuve que parar unos días, mi cuerpo estaba muy cansado y no le hice caso.

Como maestra y con ciertos alumnos, cada vez más numerosos, he tenido que cambiar el enfoque de las clases. Los alumnos vienen a clase con una gran tensión por el ritmo de vida que llevamos. Tenemos que dejar que el cuerpo se relaje, que la musculatura se prepare para afrontar el reto del entrenamiento. Movimientos amplios, aunque sean pequeños, que nos permitan sentir nuestro cuerpo y nuestro espacio. Sentirnos grandes.

Hoy en día hay multitud de programas que pretenden entrenarte en poco tiempo. ¿Por qué sometemos a nuestro cuerpo a más estrés? ¿Por qué no le dejamos su tiempo, su espacio y su esfuerzo? No nos engañemos, sabemos que es lo que realmente nos beneficia. Disfruta, diviértete, reta a tu cuerpo y cuídalo.

Yo procuraré aplicarme mi cuento, los consejos que siempre doy a los alumnos, invertir en mi cuerpo para un futuro lleno de movimiento, equilibrio y  de vida. Y bailar, que siempre pueda bailar.